NICARAGUA: Nadie controla el uso de mercurio en la minería artesanal
24-10-2014
hablemosdemineria.com
Nicaragua: El mercurio que nos rodea
Peligro. En Nicaragua no existe un plan de manejo de los desechos que
contienen mercurio. Las baterías, termómetros y bujías que funcionan
gracias a este metal terminan en los basureros como cualquier otro
artículo.
Hace trece años que Mario Reyes se hizo güirisero. Cada día entra a
una gran posa y descamisado mueve el plato de aluminio en el que está
escondido el oro, metal que se logra identificar con ayuda del mercurio.
Su tarea la realizan pocos. Entre los
güiriseros, él es un
paneador.
Siendo niño se incorporó a las minas del Cerro Potosí, ubicada en su
natal Siuna, en el Triángulo Minero, Caribe Norte, donde se concentran
unos 23 colectivos de trabajo de
güirisería. Todos usan el
mercurio para realizar su labor, por la que se pueden ganar a la semana
unos C$2,000, vendiendo hasta un penique y medio del preciado metal.
Reyes sabe que manipular el mercurio de esa forma podría dejarle
graves secuelas, pero no conoce otra manera de hacer su trabajo ni
siente que hasta la fecha tenga alguna afectación a causa de eso. “Aquí
—en la posa— hacemos el proceso y en la tarde ya tenemos el resultado:
un penique, tres cuartos de penique, medio penique o lo más, penique y
medio”, cuenta.
“Panear”, la labor que hace este hombre de 23 años que tiene el
cuerpo quemado por permanecer tanto tiempo bajo el sol, consiste en
aplicar el mercurio para separar el oro, moviendo la pana. Muchos no
pueden hacerlo bien y lo botan.
La broza de donde extrae el metal ya fue procesada por otro grupo de
güiriseros que contrario a él y a su colectivo, producen oro en mayores cantidades, por lo que el agua en la que está, ya posee mercurio.
EL PROCESO
“El mercurio tiene la propiedad de atrapar el oro: tirás la gotita de
mercurio en la arenita y selectivamente atrapará al oro. Una vez que
los
güiriseros van moviendo y atrapando, les queda una
pelotita, como un balín. Eso lo llevan a la casa, donde liberan el
mercurio. Lo ponen en un platito y lo calientan, volatizándolo. Lo que
queda es solo el oro. En este último proceso está toda la familia
inhalando el mercurio”, explica el químico Emilio Peña, jefe del
Laboratorio Mercurio Ambiental del Centro de Investigación en Recursos
Acuáticos, Cira-Unan.
Peña indica que el mercurio es uno de los metales más tóxicos y
persistentes que se encuentra naturalmente. “Se cicla entre todos los
compartimentos ambientales, condición que se ve agravada por las
emisiones antropogénicas derivadas de las acciones industriales, la
minería artesanal y la disposición sin tratamiento de desechos que
contienen mercurio, entre otros”, dice Peña.
Los
güiriseros son de los grupos ocupacionales que están más
expuestos al mercurialismo, que es la intoxicación crónica originada
por el uso excesivo de mercurio, y que se da al respirar sus vapores o
por exposición en procesos de minería o fundición.
DAÑOS A LARGO PLAZO
El médico Mario Jiménez, quien labora en el Cira y ha estudiado el
mercurialismo en Nicaragua, explica que por lo general los síntomas se
presentan a largo plazo “porque es cuando hay mayor contacto del
mercurio con los órganos, produciendo más daño”.
La contaminación por mercurio afecta el sistema nervioso periférico,
lo que puede manifestarse en un simple entumecimiento, dice el doctor
Mario Jiménez. Asimismo, afecta el riñón y el sistema nervioso central.
Dhalin y Barmen Mendoza realizaron en 2006 un estudio sobre la
contaminación por mercurio en el Río Sucio, en la zona minera de
Chontales. A través de mediciones hidroquímicas y geofísicas
determinaron que el mercurio y el plomo encontrados en los manantiales
revelan la existencia de un incremento en las fuentes de contaminación
diseminadas en el área.
“Más de 100 años de uso de mercurio en la industria minera y la
descarga de los desechos a los ríos ha afectado la calidad del agua y de
los ecosistemas”, dice el estudio, que es citado por Emilio Peña en su
tesis, en la que propone un Plan de Acción para el Manejo Ambientalmente
Seguro del Mercurio en Nicaragua.
BATERÍAS Y BUJÍAS
El mercurio está en el ambiente en estado natural, pero “cuando vino
el ser humano y tomó ese sulfuro de mercurio y lo transformó en sulfuro
metálico, lo metió en los termómetros, en los dispositivos eléctricos” y
en otros artículos y dispositivos, explica Peña.
Aún es utilizado en termómetros, medidores de presión arterial,
baterías, interruptores eléctricos y lámparas fluorescentes. Peña
sostiene que en los basureros hay muchos componentes que tienen
mercurio.
“Ese mercurio que ya no está en su estado natural tiene una serie de
propiedades y debido a que es el único metal líquido, si se quiebra un
termómetro, el mercurio sale y se disgrega en miles de particulitas”,
precisa.
En Nicaragua no existe un sistema de recolección para el buen manejo
de los desechos que contienen mercurio. “En otros países está la
responsabilidad extendida del productor, una vez que se desechó el
artículo, la ferretería está en la obligación de tomarla y disponerla de
una manera ambientalmente segura, eso se da en países como Uruguay”,
agrega Peña.
David Narváez es presidente de la Red de Emprendedores Nicaragüenses
del Reciclaje, Rednica, y llegó de nueve años al basurero La Chureca, de
Managua.
CONTAMINACIÓN
Sus únicos dos hermanos murieron allí. Antes de morir a uno de ellos
le diagnosticaron plomo en la sangre y el otro falleció al ser
atropellado por un camión recolector.
“El problema —dice Narváez— es que el reciclador no tiene protección
al ejercer esta labor. Todo lo que se manipula se hace sin mascarilla,
sin nada. La batería de vehículo se recicla, pero antes te compraban
solo el plomo, entonces teníamos que sacarlo y manipularlo. Con las
lámparas es otro problema. Vas a encontrar en los basureros y fuera de
las casas, en las bolsas de basura, los vidrios quebrados y
contaminados. Directamente no tenemos una estadística de cuántas
personas han muerto por contaminación por mercurio, pero sí estamos
expuestos a todo”.
Según Narváez, hay desinformación y falta de educación, además de
desinterés por las personas que trabajan en los vertederos. “Antes los
hospitales te llegaban a botar todo, las jeringas, todo, te pinchabas
los pies, te cortabas y se te pudría y ni sabías por qué”.
“La batería del radio, la lámpara, la batería de la computadora, todo
eso va más escamoteado, pero la contaminación siempre está, vaya
empacado o no. Muchos niños miran la lámpara y como saben que explota,
juegan con ella, sin saber que están exponiéndose a la contaminación”,
añade Narváez.
LAS AMALGAMAS
Basado en varios estudios, Emilio Peña explica que otra forma de
exposición al mercurio son las amalgamas. “Los odontólogos tomaban su
amalgama, la mezclaba por trituración con los metales y el exceso de
mercurio, que es menor del 5%, era removido con un trapito como colador,
apretándolo. Lo que salía era el mercurio que no se amalgamó”.
El dentista Douglas Contreras, presidente de la Asociación de
Odontólogos de Nicaragua, explica que en la actualidad la amalgama es el
material restaurador que más se usa en odontología en Nicaragua y en
muchos países del mundo.
“Tiene varias ventajas, la principal es la durabilidad durante el
tiempo. Una amalgama puede durar 20 años”, dice Contreras. Con la
evolución del material odontológico han aparecido nuevos materiales,
entre ellos las resinas. Sin embargo esta dura menos que la amalgama y
es 50% más costosa”, señala.
Contreras dice que con el boom del mercurialismo, en el ámbito
odontológico se realizaron varias campañas haciendo hincapié en las
consecuencias de la manipulación de mercurio. Hasta la fecha, dice él,
“no he escuchado de ningún paciente que haya muerto por restauración con
amalgama”.
El odontólogo recuerda que en el pasado se mezclaba la amalgama con
el mercurio. “Ese mercurio caía al piso o en el desagüe, pero de unos
diez años para acá las fábricas de amalgamas empezaron a hacer mezclas
más nobles, hicieron dosis necesarias entre amalgama y mercurio, dosis
mínimas. Ahora las mezclás en una máquina y el odontólogo ya no las
manipula”.
Contreras sostiene que la amalgama se va a seguir usando mientras no
se consiga un material de restauración que sea fuerte y de bajo costo.
“Mucha gente se cambia la amalgama por resina, por estética, pero a
los dos o tres años se la tiene que restaurar porque esa resina ya dio
su vida útil por muchos factores: por la calidad de la resina, la manera
cómo lo manipularon, y porque puede dar sensibilidad en el diente. Uno
le da la opción al paciente y una mayoría opta por la estética”, agrega
el dentista.
CASO NICARAGUA
Se estima que la empresa Pennwalt, que operó en el país entre 1967 y
1992 y que producía cloro y soda cáustica, liberó unas 40 toneladas de
mercurio al Lago Xolotlán y sus alrededores.
Una investigación elaborada por especialistas del Cira y del
Instituto Nacional de la Enfermedad de Minamata de Japón, denominado
“Contaminación ambiental por mercurio en el Lago Xolotlán, Nicaragua:
Evaluación de Riesgo a la Salud Humana”, elaborada en el periodo
2004-2007, reveló que la cantidad de metilmercurio en las mojarras del
Lago Xolotlán fue 1.5 veces más alta que en los peces control, de la
Laguna de Moyúa.
“Esto indica la presencia de acumulación de mercurio a través de la
cadena alimenticia en el Lago Xolotlán. Aunque el contenido de
metilmercurio en los peces del Lago Xolotlán es bajo, existe una
diferencia entre ambas especies, siendo cinco veces más alta la
concentración en los primeros, lo cual puede atribuirse a que estos son
piscívoros. Asimismo estos resultados sugieren que existe un proceso de
metilación que debe ser vigilado”, se establece en los resultados del
estudio.
Los resultados determinaron que “los suelos de la empresa Pennwalt
siguen siendo una fuente potencial de mercurio para el Lago Xolotlán y
que el mercurio orgánico encontrado en las diferentes matrices es
producto de la transformación del mercurio que fue liberado por la
empresa”.
Fuente:
El País